Pedro Almansa.
Me empecé a formar en el año 2012, cosa que no he parado de hacer hasta el día de hoy. Mis primeros pasos en la educación canina fueron en el 2013, fruto de ver la verdadera realidad que experimentan los perros en esta sociedad. Las protectoras están llenas de abandonos injustos, gran cantidad de perros no pueden desarrollarse de forma natural a consecuencia de la incomprensión humana y otros tantos están expuestos a malas praxis.
Por eso la apuesta es firme y clara: ayudar a familias multiespecie a tener una convivencia sana y sincera a través de la empatía, el conocimiento y el compromiso.
Con los años, amplié el marco formativo más allá de la conducta canina, formándome como auxiliar técnico veterinario, como técnico en rehabilitación y fisioterapia canina, en zoofarmacognosis y en kinesiología básica. Esto me ayuda a tratar cualquier caso de una forma más integrativa, ya que lo que vemos a través de la conducta del perro es un síntoma multifactorial.
En el 2015 y 2016 trabajé entrenando perros detectores de sustancias olorosas, trufas en este caso. Este trabajo iba más allá de los resultados obtenidos (que fueron increíbles), pues se pretendía conectar a perro y humano a través de una tarea que ambos disfrutasen. Y que lo disfrutasen en todas sus fases, no solamente cuando el perro detectase la trufa y la marcase para indicar a la persona dónde se encontraba.
Al llegar a Asturias en 2019, obtuve el certificado oficial por parte del Principado de Asturias como educador canino, así como el de cuidador de animales de compañía, según lo dispuesto en la Ley del Principado de Asturias 13/2022 de 23 de diciembre de Tenencia, Protección y Derechos de los Animales. También cuento con el certificado de profesionalidad SEA537_3 Instrucción canina en operaciones de seguridad y protección civil (RD1037/2011, de 15 de julio de 2011).
Unos años después empecé a decantarme por el tema de la formación (certificándome como docente para la formación y el empleo, SSC448_3 RD 1096/2011, de 22 de julio, de 2011) y la defensa animal, formándome como perito judicial (nº col. 368) especializado en conducta canina, y fundando posteriormente la asociación DEBA (DEFENSA DEL BIENESTAR ANIMAL), de la que soy presidente. A la vez que soy miembro de ANPECEC (Asociación Nacional de Profesionales y Educadores Caninos desde la Empatía y la Cooperación).
En la actualidad centro mis esfuerzos en intentar que las personas comprendamos mejor al animal que nos acompaña, para poder dotarle de la vida que merece.
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