Una serie de estudios recientes demuestran cómo los perros captan cambio químicos y fisiológicos de las personas que hacen que nuestros estados de ánimo sean “contagiosos”.
"La conexión emocional entre los humanos y los perros es la base de la relación", dice Clive Wynne, un profesor de psicología y director del Colaboratorio de Ciencia Canina de la Universidad Arizona State (EE. UU.) ; "lo perros son animales sorprendentemente sociales, por lo que se infectan de nuestra calidez y alegría". Pero esto funciona para todo, por lo que el estrés y la ansiedad de los dueño también puede transmitirse como estrés y ansiedad al perro.
Puede ser una forma de empatía primitiva:
Hay un amplio espectro de conexión emocional entre las personas y sus perros, que va desde ser capaces de detectar y entender mutuamente las emociones hasta realmente compartir las mismas emociones.
Los estudios han demostrado que los perros pueden captar tus bostezos, experimentar un aumento en los niveles de cortisol cuando oyen llorar a un bebé y responden al tono emocional de nuestras voces. Cuando interactúan entre ellos o simplemente al mirarse a los ojos, las investigaciones han descubierto que las personas y sus perros experimentan una emisión de oxitocina, que se conoce como la "hormona del amor".
Los perros también tienen "empatía afectiva", que se define como la habilidad para entender los sentimientos de otros, hacía las personas que son importantes para ellos. El contagio emocional es una forma primitiva de empatía afectiva que refleja la habilidad de realmente compartir esos sentimientos.
Cuando estás antes un perro enfadado o tu estás enfadado, ambos podéis copiar inconscientemente la expresión facial del otro o su lenguaje corporal y terminar sintiendo lo mismo. "Dada nuestra conexión tan cercana con los perros, hemos co-evolucionado para detectar las señales [emocionales] de cada uno de manera distinta a otras especies", dice Meyers-Manor.
Los investigadores asumieron que cuando se domesticó a los perros, la posibilidad de contagio emocional sirvió como un mecanismo de supervivencia, si los perros eran capaces de leer y compartir las emociones de sus humanos, les cuidarían mejor.
Un estudio en el número de 2019 de Frontiers in Psychology encontró que el nivel al que ocurre el contagio emocional entre los humanos y sus perros aumenta a medida que pasan más tiempo compartiendo el mismo entorno.
Un estudio publicado en 2018 en la revista Learning & Behavior descubrió que los perros responden, con cambios en su mirada y ritmo cardíaco, a seis emociones básicas expresadas en las caras de los humanos: enfado, miedo, felicidad, tristeza, sorpresa y disgusto.
"Los perros son muy sensibles al olor corporal - así es cómo pueden detectar la diabetes y posibles epilépsIas [en las personas],” dice Wynne. En un estudio publicado en 2018 en la revista Animal Cognition
Los investigadores hicieron un experimento con labradores y golde retriervers a los que exponían a muestras de tres olores corporales, que representaban miedo, alegría y una emoción neutra. Los investigadores inducían estas emociones en los participantes masculinos y después cogían muestras de olor de sus sobacos. Estos olores se metían en un aerosol especial y se esparcía por una habitación por la que los perros se podían mover con libertad en presencia de sus dueños o extraños.
Cuando se exponía a los perros al olor del miedo, exhibían más comportamientos de estrés y ritmos cardíacos más altos que cuando se les exponía a olores de "felicidad". Los perros también mostraban más interés en extraños cuando tenían olores de felicidad.
Pedro Almansa.
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