Todos hemos escuchado hablar de estos collares (adiestramiento, ahogo, púas...). Hace décadas fueron muy empleados en razas de perros con gran potencia física y desarrollo muscular (como Pitbull, American Standfordshire Terrier o Boxer) para tener un mayor control durante los paseos, ya que al poseer dichas características un tirón de correa podía ocasionar daños físicos en el tutor o problemas con otros perros. Esto se convirtió en una tendencia, con el paso del tiempo, entre perros de cualquier raza con problemas durante el paseo. Fueron
muy recomendados por diversos adiestradores, incluyendo en la televisión. En los últimos años comenzó un movimiento iniciado por diversos veterinarios y etólogos en contra del empleo de esta herramienta, apoyados en la evidencia científica y en el bienestar animal.
A pesar de todo, estos collares siguen siendo comercializados y muchos perros sufren sus consecuencias, tanto físicas como emocionales.
Nuestra labor, como tutores de perros, es velar por su bienestar y cuidar nuestro vínculo.
FUNCIONAMIENTO
Este elemento consta de una serie de púas -o eslabones- en constante contacto con la zona alta del cuello del perro. Cuando éste ejecuta un tirón de correa, esas púas se cierran generando un “pellizco” sobre él. Se considera que correctamente colocado cuando está bien ceñido al cuello para poder conseguir un mejor agarre. En caso de llevarlo holgado se considera inefectivo ya que, cuando se cierran las
púas o la cadena metálica, éstas solo pellizcarían la piel del cuello.
Mediante esta técnica se consigue un refuerzo negativo, es decir, si no tira con la correa no recibirá un pellizco con el collar.
Ahora que conocemos su funcionamiento, ¿te has parado a pensar qué sucede, a nivel físico, bajo ese collar? ¿Te has preguntado por qué tira de la correa? ¿Crees que podría generarle a tu perro alguna consecuencia emocional?
CONOZCAMOS LA ANATOMÍA
Se trata de algo básico para comprender qué sucede, desde el punto de vista físico, cuando empleamos un elemento para el paseo de estas características. El cuello del perro, al igual que el de humanos, está compuesto por: - Elementos de soporte (Figura 1 y 2): un conjunto de siete vértebras cervicales, por cuyo interior discurre la médula espinal, y una musculatura cefálica y cervical.
Figura 1. Osteología del perro. Figura 2. Miología superficial del perro.
Imágenes de Anatomía del Perro. Trewa, R. (2014)
- El aparato hioideo, compuesto por varios huesos cuya función es la sujeción de la laringe y lengua, conectado a su vez con el cráneo. Se encuentra en la parte ventral del cuello (Figura3).
- Órganos implicados en la respiración como la tráquea: estructura formada por un conjunto de anillos de composición cartilaginosa por la que transcurre, tanto el aire inhalado, como el exhalado.
- Órganos implicados en la digestión como el esófago: órgano muscular por el que circulan los alimentos y el agua hasta llegar al estómago para que su digestión.
- Sistema circulatorio sanguíneo (arterial y venoso): por el cuello transcurren los grandes vasos sanguíneos como la arteria aorta o la vena yugular, encargados del transporte de sangre por el resto del cuerpo desde el corazón.
- Sistema circulatorio linfático: compuesto por los vasos linfáticos y los linfonódulos o ganglios linfáticos. Este sistema participa en la inmunidad y en la destrucción de sustancias tóxicas para el organismo.
- Sistema nervioso: como antes mencionaba, por medio de las vértebras discurre la médula espinal. La médula espinal es un cordón nervioso conectado con el encéfalo que, a partir de la cual, parten una serie de nervios periféricos que van a conectar cada uno de los elementos del cuerpo (órganos, músculos…) con el cerebro.
- Sistema endocrino: la glándula tiroides se encuentra a ambos lados de la tráquea e tiene importancia en procesos metabólicos. Un problema de tiroides puede provocar alteraciones en el peso corporal, en la piel o en el comportamiento. Ahora que ya conocemos la anatomía de la región, es evidente que se trata de un área muy sensible y con gran importancia para el correcto funcionamiento del
organismo.
Figura 4. Esquema de la anatomía del tránsito cérvicocefálico.
Imagen de Hueso, R. (2018)
CONSECUENCIAS FÍSICAS
Si bien es cierto que se trata de área muy sensible, su parte dorsal (Figura 5) está bien protegida por una musculatura fuerte encargada del soporte del cuello y la cabeza para mantenerlos erguidos. Sin embargo, y a medida que se nos acercamos a la región ventral del cuello, la musculatura se vuelve más débil para facilitar la deglución y otras funciones del aparato hioideo.
Figura 5. Regiones del cuello.
1.Región del tránsito cérvicocefálico (faríngea, laríngea, parotídea y retroauricular).
2.Región dorsal (musculatura cervical).
3.Región lateral (apófisis transversas de las vértebras cervicales, grandes vasos sanguíneos, linfáticos que van a los ganglios linfáticos cervicales, músculos braquiocefálico y esternocefálico).
4.Región ventral (tráquea).
Imagen de Anatomía Clínica del Perro y Gato. Morales, J. L (2009)
Como hemos visto en el apartado del funcionamiento del collar, es necesario que esté bien ceñido, implicando un contacto continuo con cada una de las cuatro partes en las que hemos
dividido la región del cuello (Figura 6). Por tanto, cada vez que las púas ejercen presión, va a actuar sobre diversos sistemas.
Figura 6. Regiones del cuello afectadas por el collar.
Modificado de Anatomía Clínica del Perro y Gato. Morales, J. L (2009).
Sin embargo no es necesario que el perro realice un tirón, y las púas se activen, para provocar efectos nocivos sobre el cuello. Solo la ligera presión que ejerce el collar sobre la superficie en la que está en contacto, va a activar una serie de receptores de presión y terminaciones nerviosas de la piel que enviarán esta información al cerebro. La continua estimulación de los receptores de presión puede activar, a su vez, los receptores sensibles al dolor. Esto se traduce en una tensión constante de la musculatura del cuello (Figuras 7, 8, 9 y 10), ya que está siendo constantemente estimulada e, indirectamente, se mantiene a la espera de un estímulo doloroso -el provocado por
el pellizco-.
Figuras 7, 8, 9 y 10. De izquierda a derecha, de arriba a abajo. Músculo serrato ventral. Músculo omotransverso.
Músculo trapecio. Músculo braquiocefálico.
Imágenes de Miología en el perro, UCM. Vida, T. (2021)
Esa tensión continua será una de las causas más comunes de acortamientos musculares, conocidos como contracturas. Al producirse una contractura, existe afectación y dolor tanto a nivel local como de todo el área a su alrededor. La tensión de la musculatura y las contracturas solamente constituyen la punta del iceberg. Como ya hemos visto, bajo esa musculatura existen aún más elementos, los cuales recibirán los efectos de la tensión y del pellizco. Bajo la mandíbula, y conectado con la laringe, se extiende el aparato hioideo (Figura 3). Una de sus funciones principales es la sujeción de la lengua. Este aparato está compuesto por un conjunto de pequeños y finos huesos. El empleo de collares de ahorque o de púas pueden provocar fracturas a este nivel, generando dificultades en la deglución, masticación o fonación. Entre las vértebras, cervicales en este caso, existen unos orificios por los que salen nervios periféricos (Figura 11) procedentes de la médula con destino a un músculo o un órgano para completar su función. Debido a la constante tensión que provoca el collar, puede haber estrechamientos en estos orificios generando pinzamientos, parálisis de las extremidades o incluso problemas en el sentido de la visión debido al aumento de la presión sobre el Sistema Nervioso. Un aumento de la presión sobre el Sistema Nervioso podría ocasionar problemas de agresividad.
Figura 11. Espacios intervertebrales de vértebras cervicales en el perro.
Modificado de Anatomía del Perro. Trewa, R (2014).
Dentro del Sistema Nervioso también pertenecen los nervios que llegan a órganos como el esófago o tráquea. Como hemos visto, son importantes componentes de los Aparatos Digestivo y Respiratorio. La presión ejercida por el collar y sus púas van a actuar sobre ellos pudiendo perjudicar, de forma directa, sobre los órganos en los que actúan y, de forma indirecta, sobre estos importantes Sistemas.
La parte ventral del cuello (Figura 4) está más desprotegida y en ella se encuentra la tráquea, una estructura cilíndrica hueca formada por cartílago por donde discurre el aire de -y hacia- los pulmones. El cartílago no es un elemento tan fuerte y duro como el hueso, siendo muy
susceptible a deformaciones o aplanamientos causados por la presión (Figura 12). Esto puede provocar tos persistente, debido a la dificultad de salida del aire, pero también ahogo por el trabajo que le supone al aire llegar a los pulmones en una tráquea colapsada.
En el caso de venas, arterias y vasos linfáticos, la presión sobre el cuello puede afectar a la circulación, al corazón o dificultar el riego hacia las articulaciones o al cerebro. Esto generará intolerancia al ejercicio, fatiga extrema, mucosas azuladas, entre otros problemas.
CONSECUENCIAS EMOCIONALES
Ahora que ya conocemos las consecuencias físicas que puede ocasionar esta herramienta, no se puede obviar que su uso vendrá acompañado de problemas emocionales. El empleo de una herramienta que genera dolor para intentar “corregir” una reacción va a disminuir el vínculo con su tutor, generar desconfianza, una mala asociación del entorno, miedo, entre otros (Figura 13). Lo primero de todo es intentar que sus necesidades estén cubiertas, (2) conocer por qué tu perro tira, (3) acudir a un veterinario que descarte si existe alguna dolencia causante de ese comportamiento y (4) que un especialista en el comportamiento realice una valoración individualizada para su problema. De esta manera se podrá actuar de raíz y de manera respetuosa con su cuerpo y su mente.
BONUS: ENTONCES ¿QUÉ DEBO UTILIZAR PARA EL PASEO?
Ya hemos conocido qué efectos tiene una mala herramienta para paseo y comprendido la importancia de entender a nuestro perro. Pero, ¿qué puedo utilizar para que salga a la calle? Los perros son animales que, a pesar de estar domesticados y llevar miles de años con los humanos, no debemos olvidar que en algún momento fueron salvajes y como tal, debemos simular el paseo a su estado más salvaje (dentro de lo que se nos permita en una ciudad). Para ello, lo más importante es emplear herramientas lo más ergonómicas y ligeras posibles.
- Definición de ergonomía en una herramienta para el paseo: es la disciplina que se encarga del diseño de herramientas de modo que coincidan con las características fisiológicas, anatómicas, psicológicas de los animales involucrados. Para conseguir esto, lo ideal es el empleo de un arnés en forma de Y. Las características de este arnés son:
- No superponerse a huesos implicados en el movimiento (Figura 14), como por ejemplo las escápulas.
- Permitir realizar el movimiento de las extremidades anteriores al completo, sin una banda que lo impida (Figura 15).
- Bajar a ambos lados del cuello sin ejercer presión sobre la zona cervical baja.
Figuras 14 y 15. Comparación entre un arnés con banda en el tórax y un arnés en Y.
Imagen de Hueso, R. (2018)
CONCLUSIONES
Como hemos visto, no todas las herramientas para el paseo son válidas e incluso pueden tener graves problemas a nivel físico y emocional sobre nuestro perro. Es muy importante acudir a profesionales que nos proporcionen la ayuda que necesita nuestro amigo, pero el trabajo de los tutores constituye una tarea muy importante para lograr su bienestar.
Es muy importante comprender las señales que nos emiten los perros, ¡están constantemente expresándonos cosas! Una vez entendemos qué nos intentan decir, nuestra relación se vuelve más sana, nuestro vínculo más estable y, hasta está demostrado, que somos más felices.
Marina Santos Fernández
Veterinaria Especialista en Fisioterapia y Rehabilitación Animal
Col 33/2107
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